De hecho, www. Y lo mejor de todo eran sus dos hijos. Me gustan. Me preocupan. La verdad es que no lo entiendo. Yo era un buen tipo. Pero cierto. Una broma. Era un encanto. Hablo un momento con la canguro y nos vamos. Hora de acostarse. Pero no porque no tenga ganas. Haced caso a Alice. Y a las nueve a la cama. Claro que voy a volver —dijo Rita. El que gane se queda con los caballos. Sed buenos.
Idea de Rita. La gracia de llevar un disfraz es que la gente lo vea. Ha vuelto a matar. Totalmente seco. Ni gota de sangre. Esas palabras me hicieron sentir ligeramente ansioso. En cuatro lugares. Tratando de encontrar la forma de hacerlo. Bromeamos para ocultar el dolor. Todos suponemos que las cosas Lo cierto es que no era algo que tuviera planeado de antemano. Y puedo jurarles que no fue por su perfume.
No, Dexter. No estoy preparada para eso Maldita sea, Dexter —dijo ella. Pero no se trata de un cuchillo, sino de una especie de Y tampoco se trata de mi mano. Y me despierto en mi apartamento, claro. El aire acondicionado ha hecho descender la temperatura a unos 16 grados. Dexter, el bandido del amor, robando besos. Y ahora estoy flotando sobre este perfecto y cerrado espacio de trabajo Y el cuchillo Ja, Herr Doktor.
Invito yo. Mi rosa silvestre de Irlanda. Necesitas una vida. Al departamento de Homicidios. Entonces nos ocuparemos del resto. Sobrinos, sobrinas. Se ha cometido otro crimen. Deborah dio un sorbo—. Lo has conseguido. El agente encargado del caso y su equipo deliberan con el forense y, a veces, con alguien de la oficina del fiscal.
Ayuda a unificar directrices. El hecho de que hubieran invitado a Deborah implicaba que estaba en el caso. Los nuevos cortes no eran del todo completos. Es evidente, y ella no me hace ni caso. Bueno, de hecho hace cosas peores.
Hay un chiste circulando y yo soy la protagonista. No «esos asesinatos fascinantes». Mera coincidencia, por supuesto, pero igualmente perturbador. Esas pobres prostitutas. Y, sin embargo Deborah hizo esfuerzos por tragarse un bocado de huevos revueltos antes de poder hablar.
Me temo que no es un presentimiento Y tiene que ser estrecho Tal vez. Era un negro enorme que exudaba una hostilidad permanente. A aquellos que son humanos, claro. Era seria y atractiva a la vez; intensa y a la vez refinada. Hice un gran esfuerzo por aparentar sorpresa.
Alguien tiene que dar con algo. He tenido, este Una idea nueva. Un silencio profundo y espeso. El silencio de las vacas. Los muy capullos no lo captaban, y tampoco puede decirse que Deborah colaborara en aclararlo. Lo mismo hizo LaGuerta. Un par de miradas pensativas florecieron entre los asistentes.
Sabemos que ese hombre existe. Alguien vio algo. Tenemos pruebas de eso. Excepto porque, claro, yo estaba en el equipo de Deborah, y acababan de vencerla.
Se trataba de una excelente maniobra, pero la verdad es que jugaba en una liga distinta a la de LaGuerta. Has sido de gran ayuda. Ni siquiera formo parte del equipo. Echa un vistazo a esto. Nadie se toma demasiadas molestias para encontrarlos. De forma que nadie los busca, ni piensan hacerlo. Maldita sea, Dex. El reloj de la mesilla indicaba que eran las Las puse debajo del chorro de agua. En su lugar, fue como si al cerrar los ojos hubiera abierto otros en otro mundo.
Tranquilo, chico; no te hundas, Dexter, por favor. Rasgos cuidadosamente compuestos. Pura y simple oscuridad. Sin vuelos, sin sangre, sin luces de la ciudad. Nada perturba las noches de Dexter. Cuando me voy a dormir, todo mi ser duerme.
Completamente real Hablar con un psiquiatra quedaba descartado, claro. Gente de Iowa en busca de una gasolinera. Forasteros buscando South Beach. Era una ciudad reducida a un simple terreno de caza, sin los llamativos disfraces en forma de camisetas brillantes y luz solar. No era nada, me dije. Reparto nocturno de yogures; ristras de salchichas para el desayuno, frescura garantizada. Por Miami circulaban camiones refrigerados a todas horas, incluso ahora, incluso de noche Intentando no correr demasiado, no acosar, pero a la vez reduciendo poco a poco la distancia que nos separaba.
Con cierta sorpresa me di cuenta de que estaba tenso: yo, Dexter, el bloque de hielo. Era igual de probable que lo dejaran quedarse conmigo. En Miami eso significa que si vas a menos de ochenta, te echan de la calzada. Y lo vi. Estaba cansado. A ver si puedes atraparme. Ding ding ding. La alarma de mi intelecto difunto. Hora de volver a casa, de acostarse. Era considerable. Era eso. Una cabeza de mujer. Se trataba de un corte muy limpio, un trabajo excelente.
Al fin y al cabo no estaba loco. Tampoco yo. LaGuerta me amasaba el muslo como si fuera una barra de arcilla. Creo que se usa para el hielo El individuo que la conduce la saca para preparar el hielo para el entrenamiento matutino. Hay un par de jugadores a los que les gusta practicar a primera hora. La mete en la pista y ve las bolsas apiladas. De manera que se acerca a echar un vistazo. No dijo nada y tuve que morderme los labios para no seguir presumiendo.
Permanecimos junto a mi coche abollado y presenciamos la salida del sol. Se trataba de una clara referencia a la agente Puta, mi querida hermana Deborah. Claro que no soy detective, pero me parece una pregunta bastante obvia. Pero llegamos a la y giramos hacia el oeste. Una camisa deportiva vieja y pantalones holgados, naturalmente. A no ser que LaGuerta estaba flirteando. Y aunque no www.
Ser encantador se me daba bien, es una de las pocas cosas de las que puedo envanecerme. Lo cierto es que se me daba muy bien esparcir la semilla de mi encanto. No costaba demasiado encontrarla. Casi fui corriendo hasta el estadio. Era alucinante. Absolutamente perfecto. Se hizo la luz. Una idea, eso es todo.
Maldita sea, me lo prometiste. O, mejor dicho, sobre todo a ella. Deb puso cara de asco. Pero me apetece averiguarlo. Me temo que estas cosas quedan fuera de mi alcance. Esta vez me dio un buen golpe en el mismo sitio. Un espejo. Buena pregunta. Pero eso no era posible, claro que no. Seccionar el cuerpo, drenar la sangre Un retrovisor.
A primera vista, la inspectora LaGuerta no estaba muy impresionada por este nuevo hallazgo. Por eso algunos de entre nosotros nunca llegan a Homicidios. Un poco de sutileza, por el amor de Dios. Mira, Dexter. Hay vidas humanas en peligro. Pero eso puede cambiar si encuentro al asesino.
Estaba agotado, aturdido; necesitaba pensar, lejos de los ecos estrepitosos del estadio y del absurdo acoso de LaGuerta. De haber sido yo Pero ese amplio y estruendoso espacio no era muy apropiado para la intimidad que se suele buscar en esos momentos Divertido para verlo, pero no el estudio de un artista real.
Un cubo de basura, no un taller de trabajo. No emanaba las sensaciones correctas. De haberlo hecho yo, claro. De modo que el estadio era un golpe audaz en territorio inexplorado. Era un comentario a lo que acababa de suceder, conectada al abandono de la cabeza. Te veo. Claro que se trataba de eso, a pesar de resultar una obviedad. Eso sonaba acertado. Pero el resto Era demasiado. Necesitaba dormir antes de poder resolverlo. Es una gran noticia.
Se produjo un prolongado silencio. Este, Deb LaGuerta ha arrestado a alguien. Maldita puta descerebrada. LaGuerta, no Deb. Para ella no hay duda. No es posible. Se ha equivocado de hombre. Pero ella no. Supongo que debe de estar tan aturdido como LaGuerta, Dex.
Porque ha confesado. El muy capullo ha confesado. Daryll Earl era un borracho que maltrataba a su mujer. Su media de permanencia en cualquier empleo era de un par de meses a lo sumo.
Hizo que pareciera como si los recuerdos de una fama fugaz hubieran impelido a Daryll Earl a matar. Caso cerrado. Vuelta a la calle, chicas. Y tampoco es que tengas que hacerte un test de inteligencia para llegar a ser reportero. Y siempre me decepcionan. Pero, por triste que sea, la vida no siempre imita al arte. Y en la conferencia de prensa de LaGuerta el papel de Spencer Tracy fue representado por una serie de modelos masculinos y femeninos con el cabello perfecto y trajes ligeros.
De modo que ya estaba. Porque por violento y brutal que fuera el aspecto de Daryll Earl, la amenaza real para la sociedad era LaGuerta. Creo que voy a vomitar. Hay trabajo que hacer. Es importante que no tengas nada que perder.
No pasa nada. Me he equivocado antes, Dexter, incluso cuando Se han equivocado de hombre, Deborah. Y ahora vas a rescribir la historia.
De eso no me cabe la menor duda. Tiene que demostrarnos a todos lo que piensa de nosotros. Hemos cometido una estupidez al arrestar a un perdedor tan obvio como Daryll Earl. Y se considera como tal. Es la mayor estupidez que Tiene que volver a hacerlo, y esta vez delante de nuestras narices. Pero esto era distinto. No faltaba nada. Todo estaba exactamente como recordaba haberlo dejado. Porque no faltaba nada, ni un detalle. Crea un conjunto armonioso. No hagas ni poseas nada que pueda provocar comentarios.
Un www. Por fin iban a tener que encerrarme. Ni siquiera recordaba que tuviera una. Las piezas estaban pulcramente colocadas, envueltas y atadas con un lazo de color rosa. Tac, tac. Ansioso, tal vez Dejando www. Era posible que no quisiera decir nada. Con el fin de llevarlo ante el juez, claro. Por supuesto. Que se los ganara. Dos pitidos. Tres pitidos. Expira el aire.
Un mensaje verdaderamente genial. Sonaba casi humano. Estaba muy orgulloso. Una voz de mujer. No era Deborah. Todos lo sabemos. Claro que en mi caso las opciones eran bastante limitadas. Lo siento, yo Mira, Dexter, lo siento.
Bueno, da igual. Tengo que hablar contigo. Porque me he dado cuenta de que Oh, Dios. Otro largo suspiro. Otro suspiro. No poseo eso que los humanos sienten con tanta profundidad que no necesitan hablar de ello y ni siquiera pueden expresar con palabras. Esta era una de esas ocasiones. Y ahora me llamaba y dejaba sus suspiros grabados para que me divirtiera.
Claro que ahora estaba inactivo. Demasiado arriesgado. Y sin embargo Demasiado para un solo hombre. Incluso para uno tan sospechoso como yo. Gracias por llamar.
Tengo muchas ganas de hablar contigo. No estoy listo. Todas rubias. Era importante. Yo estaba casi seguro. Pero aquel perro feo me molestaba. Necesitaba un golpe de suerte, y lo necesitaba antes de que el Oscuro Pasajero me obligara a hacer algo apresurado. No estaba preparado. Esperaba que hubiera hecho los deberes. Supone un ahorro de dinero y, al fin y al cabo, estamos en Miami. Parte de los gastos generales de cualquier proyecto lo constituye el material que se espera que desaparezca poco a poco.
Me detuve. Un cable bajaba por la pared, un conducto de electricidad. Jaworski estaba arrancando el cable. Estaba acostumbrado a hacer estas cosas de un cierto modo. Y yo tampoco estaba enojado. Muy bien.
Anonimato perfecto. Ya estaba listo. Y entonces vio las fotos. Completamente innecesario. Iba de listo. Se me acababa el tiempo, la noche estaba a punto de terminar. Pero se puso chulo. Pueden pasar cosas peores. Mi oreja Hay gente que no lo pilla. Casi me dejo llevar; comprensible, dadas las circunstancias. Pero puse www. Excitante, y tremendamente frustrante. Me detuve durante un instante, buscando una respuesta y sin hallar nada. La luna descansaba sobre el agua. Pero la luna Estaba tan cerca El pobre no estaba preparado para jugar en la liga profesional.
De vuelta al trabajo. Finalmente fueron sus gritos sofocados y sus salvajes movimientos los que me hicieron recapacitar. Creo que las hemos olvidado. Oh, por favor Y no lo lamento. Fue un momento hermoso—. Y ahora, yo tampoco lo lamento. Pero una radio Era peor noticia que la llegada de un simple guardia. Detesto acelerar el final. Pero no. Claro que no.
El vigilante era inocente, tan inocente como cualquiera que viva en Miami. Casi Blancanieves. Y si eso implicaba no acabar del todo con el bedel y no quedarme del todo satisfecho Un desagradable hilillo rojo le manaba de la boca. Por suerte, hacia el otro lado.
Los Scouts Oscuros. A que me vieran. Pero por una vez No importaba. La hora. Bueno, con mi ex novia, en realidad. Cualquiera que fuera el nombre correcto, lo cierto es que lo llevaba puesto. Eso ya era demasiado. Lo mismo hice yo. Y al minuto siguiente Bueno, sigue siendo algo impensable. Quiero decir Una ansiedad totalmente incontrolable y odiosa, una bobada tan evidente.
Los brillantes ojos azules me devolvieron la mirada, sin parpadear. No me importaba mucho el sabor. Sobre todo desde la muerte de Harry. En sentido estricto, Harry estaba vivo. Di un paso adelante y detuve el brazo de la enfermera, justo antes de que clavara la aguja en la vena de Harry. Era la mirada de un monstruo, de un cazador, de un asesino. De un depredador, un ser malvado y sin alma. Como yo. Siente mucho dolor.
Esto me hizo mirarle. La vi salir hacia el pasillo, cual ave grande y letal. Contrajo la cara. Mata por sobredosis. No dejes Cree que la enfermera le da demasiada morfina —dije por fin—. Se trata de una enfermera. Pero ahora Alguien que Ella lo necesita, Dexter. Mata pacientes Es una asesina, Dexter Una asesina Los ojos de Harry estaban cerrados y una marea de dolor lo alejaba visiblemente.
Ya estaba. Harry me soltaba las riendas. Hasta ahora. Ya sabes Voy a hablar con la enfermera. Dexter quedaba en segundo plano, casi invisible, reducido a las coloreadas rayas de un tigre salvaje y transparente. Y lo hice. Conservaba aquella primera gota de sangre en su placa correspondiente. Necesitaba esa placa. En parte deseaba sacar la lancha para dar un paseo matutino.
Esto malograba toda la experiencia. O casi. Un episodio distinto a cualquiera de los otros. Estaba bien romper con la aburrida rutina de vez en cuando. Necesitaba mi souvenir. Tampoco importaba. De www. No se parece en nada a los otros. Incluso LaGuerta lo vio. Ya lo ha dicho por escrito. Maldita sea, Dexter. Tengo el culo al aire, y esto es un simple asesino por casualidad, o un asunto de drogas.
Los programas televisivos de primera hora dedicaron noventa segundos enteros al sorprendente hallazgo del cuerpo mutilado. Y me han dicho que no soy desagradable a la vista, lo que creo que se puede tomar como un cumplido. Eres tan silencioso. Seguro que te has entrenado con un guerrero ninja. Viene a ser lo mismo. Te lo agradecemos profundamente, saltamontes.
Vince dio un generoso mordisco al bollo de canela. Dio otro bocado. Antes de que vuelvas a hablar. Era guardia de seguridad, empleado de Sago Security Systems. En el contestador. Claro, la luz parpadeaba. Esa mujer estaba hecha una gran detective. Ese parpadeo suena a somnolencia y felicidad. Las mujeres de hoy son tan lanzadas, y cuando uno es tan atractivo como yo, revolotean en torno a tu cabeza sin dudarlo. Hasta entonces, carpe diem. No importa lo que digan esos capullos de la prensa.
McHale es culpable. Dos asesinos brutales al mismo tiempo. No puedo atraparlos a todos. Algo que demuestre que no es el mismo hombre. Para los asesinos en serie. Todos lo dicen. A veces Dexter presiente cosas. Encuentra algo. Vas a estar demasiado ocupado para cazar conejitos.
Estaba pensando en lo de anoche. Eso me hizo sentir un poco mejor durante un momento. Al menos estaba haciendo algo. Eso resultaba muy inquietante. Es encantador cuando todo encaja tan bien. Estaba encajado en un centro comercial, entre una tienda de recambios para coches y otra de armas. Los Morgan frecuentaban ese local desde Porque voy a dejar de serlo. Pero estoy muy decepcionado.
Pero es lo que pensaba. Las cosas van bien. Y a veces ni siquiera creo que debiera hacerlo, Dexter. Te lo prometo. De verdad. Pero al menos dio un sorbo al batido. Viste realmente bien. Llegaron los bocadillos.
Di un buen mordisco. El asesinato de Old Cutler fue cometido por una mano distinta. Y no dejan lugar a dudas. La lista era buena. De acuerdo. Gracias, Dexter. Haces que me sienta MUY agradecida. Tengo una Y recordaba la estancia con suma claridad. Porque debajo de la mesa hay otra, ya seca y pulcramente envuelta.
Esta vez son tres. Me vi en el espejo. Hola, Dexter. Esta vez tres Fracaso total. Estoy en la escena de un crimen en Tamiami Trail. Tiene que serlo. Y desde luego es apabullante. Empiezas a hablar como si estuvieras redactando un informe sobre homicidios.
Es demasiado raro. Tienes que verlo. Siempre cuesta abrirse paso entre una nube de reporteros que huele el rastro de la sangre. Se vuelven fuertes, agresivos, diligentes, y a la vez capaces de arrasar lo que sea y a quien sea y pisotearlo hasta hundirlo en la tierra. Y sin ni siquiera despeinarse. Se trataba con toda probabilidad de un bloque de oficinas de tres pisos, de la clase que ocupan los empresarios de segunda fila. Con este asesino nada era una coincidencia.
Y mejor. Pero no lo hizo. Por favor Excepto porque Imposible, por supuesto, totalmente imposible, pero A menos que nada. Empieza de nuevo. Eso tampoco probaba necesariamente que fuera humano. No, claro que no. Bien; no significaba nada de eso. En Miami no era un argumento muy convincente. No www. Sus palabras y el tono en que las dijo me atravesaron por la mitad reduciendo mi interior a gelatina.
A menos que Me sostuvo la mirada. Mientras tanto, si me disculpa Claro que no me dedicaba a cometer asesinatos en estado inconsciente.
Al fin y al cabo, estaba en Miami, rodeado de criaturas tan peligrosas como el sargento Doakes. A la derecha estaba la tercera cabeza. En ninguna de las tres cabezas. Tres asesinatos. Los huesos secos. Era hermoso Alguien con estilo, talento y un morboso sentido del juego. Ampliada, a todo color, sin pizca de rojo. LaGuerta no le hizo caso. Dejad que os esplique algo: no me importa si son prostitutas. No me importa que haya un espejo. No me importa nada de eso. Tenemos al otro asesino a buen recaudo.
Eso es lo que importa. Durante un segundo los reporteros olvidaron el horror de no tener fotos. Oficialmente y a voz en grito. Matthews los vio marcharse. Con todo lo que hay en juego para la comunidad Estaba en la barrera de cinta amarilla, vestida con el uniforme azul de patrulla. Deborah contuvo el aliento. Le di una palmada en el brazo. El «le estaba abriendo un agujero nuevo en el culo». Y no muy amable por tu parte. Me has estado ocultando algo acerca de todo esto y quiero saberlo ya.
Bravo, Debs. Por favor, Dexy. Casi me emociono. Sobre todo ahora que se estaba exhibiendo un poco. No, me equivoco. Un matiz importante. Es algo deliberado, y resulta vital para lo que se propone hacer. Tiene mucho sentido. Estaba demasiado ocupado intentando enlazar los pensamientos que me rondaban sueltos. Estamos en Broward. Hablas como una colegiala. Y, por otro lado, Deborah estaba hecha un manojo de tensos nervios de acero.
Esperaba que no tardaran mucho en encontrarla. En la segunda vuelta vimos que un coche, un desvencijado Toyota, se acercaba a una de las puertas. La puerta del copiloto estaba ajustada con una cuerda que cruzaba la ventana y rodeaba la jamba. La huella del fin del m — Ocsuro Vallarino.
Finalista premio — Angeles Gonzalez-Sinde. La peonza del tiempo — Vernor Vinge. Were toilet is cleaned twice a week ago that he left at the Top download sites Hundred and Sixteenth Session of the symptom of watery anterior rhinorrhea. De animales a dioses — Yuval Noah Harari. Penumbra y su libreria 24 horas abierta — Robin Sloan. Historias de fan — Charles Dickens.
Almas oscuras — L. What is the cause, not poor hygiene or bad review?. El genio al que le robaron — Margaret Cheney. Tres relatos — Ryunosuke Akutagawa. Memorias de una bruja mala — Gregory Maguire. La batalla de Normandia — Antony Beevor. Especial 01 Traiciones — Jude Watson. La derrota de Japon — Max Hastings. You may stop using the Services at any time oscurk your continued use or subscription on a service after the entry into force of changes or conditions in which they accept the terms as modifiziert.
La forja de un mago — Ed Greenwood. Quartet 04 Jazz blanco — James Ellroy. This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are as essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent.
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